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Al pensar en la educación preescolar y en las
competencias STEM puede ratificarse que el objetivo de este nivel no solo se
basa en aprehender jugando y aprehender haciendo, (Hands-on) si no también, en facilitar en el niño un
desarrollo integral, el desarrollo de sus potencialidades y de competencias que
le sirvan para la vida permitiendo por medio de la práctica docente, una
actitud de investigación, reflexión y análisis sobre los fenómenos naturales y
el medio que le rodea. Además, es importante recordar que Jean Piaget sostiene
que, desde muy pequeños, los niños van construyendo a través del juego teorías
explicativas sobre la realidad, de un modo similar a como los científicos
construyen sus propias teorías.
El niño debe comprender y reconocer haciendo suya la existencia de una
realidad externa a él, conformada por objetos, fenómenos físicos y sociales. A
través de esta relación, explora, manipula, observa, experimenta y se da explicaciones sobre lo real, construye
las formas de pensar que le permiten conocer ese mundo. Por lo tanto, es importante recordar que los
primeros años del niño son un tiempo de privilegio para despertar en ellos el
deseo de aprender, explorar, observar y utilizar la imaginación pues el mundo
es un gran laboratorio susceptible de ser explorado e investigado
continuamente. Y esto es algo que los más pequeños hacen, guiados por un
interés natural de descubrir los objetos y las cosas, relacionarse con
ellas y poner en juego sus propias capacidades.
En ese marco, la enseñanza de la ciencia, desde los
primeros años escolares, es indispensable para abrir el conocimiento, ampliar
la comprensión del entorno natural, e igualmente propiciar una actitud crítica y objetiva sobre
la realidad social, a fin de que los futuros ciudadanos la transformen en su
momento.
A través de la observación y la experimentación, que paulatinamente se irán
haciendo más sistemáticas, los niños y niñas van encontrando un medio
eficaz de resolver por sí mismos los problemas. Desde mi práctica docente, experimentar
con mezclas permite no solo que los niños manipulen diferentes materiales sino
también que puedan plantearse hipótesis sobre el comportamiento de
estos, a la vez que observen, describan, comparen los resultados obtenidos y
puedan sacar sus propias conclusiones.
Los estudiantes de preescolar son naturalmente curiosos acerca del mundo que los rodea y es nuestra labor propiciarles un ambiente apto para estimular su exploración del mundo a través de sus cinco sentidos: el gusto, la audición, el olfato, la vista y el tacto no solo por medio de la ciencia sino también por medio del arte; considerando el arte como un elemento de suma relevancia en el proceso educativo; ya que el uso de la creatividad está inmerso en la aplicación de cualquier habilidad que se puede usar; y por medio del arte podemos enriquecer su aprendizaje, desarrollar todas las operaciones básicas del pensamiento , estimular sus valores sociales, , favorecer la autonomía, la toma de decisiones y contribuir a la construcción de una autoestima positiva y el respeto hacia uno mismo.
Por otra parte, las
actividades de construcción en el preescolar como
el armatodo o lego juegan un papel muy importante a la hora de construir el
conocimiento y crear soluciones a pequeños problemas cotidianos, permitiéndole
a los niños a través del concepto de ingeniería descubrir, innovar, crear,
diseñar, resolver problemas, adquirir habilidades matemáticas; además de desarrollar
habilidades motrices e intelectuales, adquiriendo nociones espaciales incentivando
el trabajo colaborativo de la mano con la tecnología y las herramientas que
esta nos brinda como el computador, el XO, las
aulas amigas, los ordenadores, etc.
Es así, como el
pensamiento computacional y la ingeniería se ven reflejados desde el preescolar
en la medida en el que se logra clasificar, seriar, innovar, crear, diseñar, resolver problemas y
comunicar nuevas ideas y experiencias.