Haciendo una reflexión de mi práctica docente no puedo dejar
de recordar 10 años atrás los temores que sentía al pensar como me
desempeñaría dentro del aula como
maestra de preescolar, pensaba si los niños me irían a obedecer, si tendría
control de grupo, si responderían a las
actividades que les propusiera, si me ganaría su cariño, afecto, confianza,
respeto, pero sobre todo mi gran temor fue si iba lograr que ellos aprendieran
lo que tenían que aprender.
Pero hoy haciendo un balance de estos 9 años de labor como
docente de preescolar veo que todo lo que me preocupaba no era tan importante, me enfrentado a dificultades diversas que en
ocasiones me han causado mucha
inseguridad, desesperación, estrés, pero
a su vez me han hecho crecer enormemente como docente, me han permitido
darme cuenta de lo que hacía mal para transformarlo y de lo que hacía bien para
mejorarlo; siento que he crecido mucho como profesional y que con la maestria puedo crecer muchisimo mas.
Cada día me esfuerzo más por crear unos ambientes de
aprendizaje que me permitan dejar una
huella en mis pequeños, me esfuerzo por buscar nuevas estrategias, que en lo
posible les permita adquirir aprendizajes significativos pero de una forma
divertida, lúdica y creativa. Tengo muy claro que el aprendizaje no se
construye de manera individual, por esta razón para mi es de gran importancia
que dentro de mi aula los niños puedan socializar y a la vez que se dé un clima
de trabajo cooperativo para que entre todos puedan construir nuevos
conocimientos, favorecer el desarrollo de su autonomía, potencializar sus
habilidades cognitivas y de resolución de problemas.
Siempre he considerado que los niños y niñas son sujetos activos que pueden lograr muchas
cosas siempre que haya alguien que los motive, los reconozca, los impulse a ir
más allá de lo acostumbrado y como docente tengo un gran reto de seguir siendo
una guía, un potencializadora, una generadora de nuevos escenarios y es aquí
donde quisiera como maestra hacer más énfasis porque quiero realmente poder
diseñar ambientes de aprendizaje apoyados en las tic para niños de preescolar,
donde puedan aprender jugando pero más aun aprender haciendo (hands-on) y
donde cada actividad tenga un propósito especial que le permita adquirir unas
competencias y estoy segura que con las competencias STEM puedo desarrollar en
mis estudiantes un pensamiento crítico y logico pero también muchas habilidades
intelectuales.
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